domingo, 17 de enero de 2010

Colectivo de profesores crea blog para estimular el pensamiento, la creatividad y las artes


Colectivo de profesores crea blog para  estimular el pensamiento, la creatividad y las artes

    Autor: Universidad del Valle

    Utilizando las tecnologías y las imágenes electrónicas para crear un espacio de encuentro y también de diálogo universitario, un colectivo de profesores de la Universidad expone sus planteamientos en el blog HIPERTEXTOS UNIVALLE. Ellos y ellas proponen reflexionar, debatir y realizar acciones que movilicen políticamente a la comunidad universitaria pero estimulando el pensamiento, la creatividad y las artes.También escriben sobre la necesidad de procesos de transformación e innovación académica dentro de la Universidad.

    Somos un colectivo de profesores de varias facultades de la Universidad del Valle

    “Seamos realistas, pidamos lo imposible”.

    Un grupo de profesores nos hemos venido reuniendo en torno a la defensa de la universidad pública. Estamos preocupados porque la rutinaria pedrea, las papas bombas y los permanentes desalojos debilitan la Universidad y no permiten enfrentar los problemas de su financiación, su nivel académico y la calidad de vida en el campus. Además, el hábito de la violencia impide la práctica de la democracia interna.

    Defender la universidad pública como la entendemos parte de asumir que necesitamos espacios democráticos para pensarla críticamente, para buscar soluciones adecuadas a sus problemas más apremiantes, para formar profesionales que no sólo sean competentes en su trabajo, sino que vinculen en su ejercicio la comprensión crítica, el compromiso ético y la creatividad. Por esto no es suficiente defender la Universidad de las hostiles lógicas externas que pretenden quebrarla, económica y académicamente, con la imposición de un modelo de eficiencia y reducción del gasto que restringe las iniciativas de desarrollo académico, obliga a la docilidad frente a las miopes políticas gubernamentales, reduce significativamente la capacidad investigativa y de intervención social de la Universidad y vulnera el derecho de un gran sector de la población a tener educación superior de calidad. La defensa de la universidad pública es necesario hacerla también frente a ciertas lógicas internas, como aquellas que amparadas en la supuesta representación de intereses populares efectúan una patrimonialización de lo público -apropiación privada de lugares o recursos de la Universidad- o utilizan el deteriorado fuero del espacio universitario para generar espectáculos de fuerza.

    La Universidad tiene el imperativo de buscar la excelencia. Como profesores de la mayor universidad pública del suroccidente estamos comprometidos con la formación de miles de jóvenes provenientes mayoritariamente de sectores populares. La Universidad del Valle atiende en pregrado y postgrado más de 29.000 estudiantes; y el 90% de ellos se ubican en los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3. Defendemos la universidad pública como una de las pocas formas legítimas y masivas de movilidad social y proyección humana. Por ello asumimos nuestra responsabilidad formativa con los estudiantes, tanto en clase como fuera de ella.

    Los profesores no podemos ser inferiores a la tarea que la sociedad nos ha asignado, y que hemos aceptado y acogido. Y para llevarla a cabo la universidad pública necesita paz, libertad y autonomía: ni las ciencias, ni las artes, ni la cultura pueden florecer sin estas condiciones. Por eso queremos que sea un espacio de convivencia y civilidad, no una reproducción de la sociedad violenta e intolerante que es hoy, desafortunadamente, Colombia. Queremos que la universidad pública pueda ser una institución transformadora. Ese es nuestro sueño: un espacio de creación de otra realidad, un lugar innovador no solo por la reflexión, la investigación o los conocimientos que genera, sino también por los modos como la institución funcione.

    Proponemos transformar algunas de las prácticas cotidianas de la Universidad: aquéllas que masifican, impiden el diálogo y propician el desinterés académico. Queremos construir con los estudiantes un entorno de estudio, pensamiento y reflexión. Todo ello es posible en la Universidad, y debemos superar los obstáculos y luchar para que prevalezcan la razón y la creatividad. Esto es realizable, como nos lo acaban de demostrar los estudiantes de la Universidad Tecnológica de Pereira, con su singular y magnífica movilización artístico-política, convocando a la reflexión a través de la puesta en escena del cuerpo y de la música, para exigir la financiación requerida por la universidad pública.


    Lo verdaderamente transformador de la Universidad es que sea el lugar de lo diverso, de la argumentación y de la confrontación de ideas. Esto se pierde si por voluntad de unos pocos y la impotencia de la mayoría se convierte en ese campo de batalla que es el “tropel”, el cual siempre termina con víctimas y perjuicios reales, además de acabar con el prestigio de la universidad pública. El tropel se ha vuelto nuestra imagen corporativa. A ello han contribuido la incapacidad de los medios de comunicación para construir una reportería compleja del quehacer de la universidad pública y la ausencia de respuestas efectivas de la dirección universitaria ante los atropellos.

    Nuestra posición política es abogar por una universidad pública cuya calidad sea ampliamente reconocida. Pero la calidad a la que nos referimos no se logra perfeccionando la medición de indicadores impuestos, ni compitiendo por ser la institución de educación superior que más ha aumentado la cobertura, o la que tiene más grupos de investigación aprobados. La calidad que nos interesa no es un asunto de mediciones sino de transformaciones.

    Nuestra gran preocupación es cómo contribuir a crear conciencia, en todos los estamentos de la Universidad del Valle, de que su esencia de universidad pública de calidad se nos está perdiendo; de que es urgente esforzarnos para desarrollar una actividad académica innovadora, comprometida y crítica, que revitalice a los profesores e incite a los jóvenes a querer saber para transformar su región.

    Tendremos poder de cambio y podremos reconstruir los fundamentos de la vida universitaria si logramos:

    * Vincular a todos los estamentos a la reflexión sobre la situación de la Universidad, sobre lo cual iremos escribiendo, ofreciendo análisis, y creando espacios de debate público.
    * Buscar transformaciones en las maneras de enseñar y de aprender.
    * Impulsar cambios curriculares que posibiliten nuevas formas de conocimiento.

    Hoy más que nunca, con el país amenazado por el autoritarismo, la corrupción, y la precariedad y el clientelismo de la política social, la posición verdaderamente democrática es reivindicar el Estado Social de Derecho que nos dio la Constitución de 1991, actualmente en riesgo. Para, entre otras cosas, defender la financiación estatal de la universidad pública. Por ello es fundamental ejercer inteligentemente el derecho legítimo a la protesta y a la movilización política.

    La violencia -de las papas explosivas, de los gases lacrimógenos, de las armas de fuego, de las amenazas, del discurso ofensivo, de los escritos difamatorios, de los linchamientos, de la justicia por mano propia, etc.-, no sólo desaloja la Universidad, también la mata. Logra con una facilidad y una frecuencia cada vez mayor que se abandone la Universidad, contribuyendo a su debilitamiento y destrucción. Por ello los agentes de la violencia en la universidad pública terminan siendo los mejores aliados de aquellos gobiernos que conspiran desde sus visiones neoliberales y fiscalistas para desfinanciarla. Por eso salimos de forma pacífica y amable -con una rosa blanca- a decirles NO a los violentos y a invitar a la comunidad universitaria a inventar formas creativas de movilización política.

    Si todos nos proponemos idear formas innovadoras y no violentas de manifestar nuestra inconformidad con el estado de cosas actual, las nuevas generaciones de estudiantes aprenderán a privilegiar la reflexión para la acción sobre la acción irreflexiva, la razón sobre la adrenalina, la argumentación sobre el insulto, el buen juicio sobre la puntería, la persuasión sobre el bloqueo y las cadenas.

    Otra Universidad será posible si desde diversos colectivos nos dedicamos a hacer el diagnóstico de los obstáculos que la han disminuido, y a buscar soluciones que podamos negociar como fuerzas activas. Lo verdaderamente transformador de la Universidad es que funcione cotidianamente como un lugar de pensamiento, donde se dialogue sobre los problemas y conjuntamente se les busque solución. Y el pensamiento universitario debe estar al tanto de los problemas fundamentales de la sociedad colombiana.

    La Tecnología como una Herramienta para el Aprendizaje



    La Tecnología como una Herramienta para el Aprendizaje
    Las nuevas tecnologías pueden hacer aportaciones para crear condiciones de aprendizaje significativas, pero se deben crear materiales con principios adecuados para una mayor capacitación y un mejor desenvolvimiento en esta sociedad tan cambiante.

    Por otra parte, el manejo de las comunidades virtuales de aprendizaje deben contemplar una alfabetización tecnológica, el acceso a ella y el desarrollo del aprendizaje cooperativo y colaborativo para un mejor desempeño de los estudiantes.

    Por esta razón, deben crearse diversas actividades que faciliten el aprendizaje de estos con fines educativos, recreativos, creativos, entre otros, y no con fines que afecten de manera negativa en la educación.